Técnicas de Estudio: ¿Cómo optimizar nuestro aprendizaje?

 

Cuando se escucha la palabra “estudiar”, sin duda, muchos pueden pensar en lo tedioso o aburrido que les resulta hacerlo cuando cursan educación básica, secundaria, e incluso, superior. Es que, en los tiempos de hoy, la tecnología, video juegos y redes sociales lideran la lista de intereses de los más jóvenes, por lo que el solo hecho de leer un par de párrafos, representa todo un reto que quisieran evitar.

 

Sin embargo, el caso de los alumnos que cursan un postgrado suele ser muy distinto. Principalmente, porque continuar con sus estudios es una elección, no un deber ni una obligación. Aun así, si no se cuenta con una base sólida ni con hábitos de estudio, es muy difícil obtener resultados positivos por más que se empeñen en hacerlo.

 

5 técnicas de estudio efectivas

 

Si estás estudiando un postgrado o una segunda carrera y concentrarte te está costando más de la cuenta, debes comprender que tu éxito dependerá mucho de cómo gestiones tus tiempos. Hacer todo a última hora define a la “Procrastinación”, como la actitud de “Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”. Gran error, preparar tus estudios de manera anticipada es el primer gran paso que debes dar para comenzar el cambio hacia un rendimiento óptimo.

 

Los académicos de la prestigiosa Universidad de Harvard, EE. UU; Peter C. Brown, Henry L. Roediger III y Mark A. McDaniel, lanzaron un libro titulado “Make It Stick: the Science of Succesful Learning (Haz que se pegue: La Ciencia del Aprendizaje Exitoso), el cual, enseña cómo adoptar técnicas de estudio que permitan retener datos significativos y aprehenderlos. Entre otros puntos, los autores aseguran que destacar, subrayar o repetir la información, son técnicas obsoletas y poco prácticas. En cambio, proponen las siguientes:

 

1. Toma apuntes a mano

 

En la era moderna, escribir a mano alzada es una acción que se ha dejado en el olvido. Claro, pues, en su lugar; apuntar en laptop, Tablet o celulares, es mucho más rápido y práctico, según la creencia popular. Sin embargo, aunque no lo creas, la forma tradicional de la “vieja escuela”, es mucho más efectiva.

 

Según los especialistas de Harvard, escribir a mano permite retener el conocimiento de mejor manera ya que te lleva a pensar, reflexionar y visualizar la información, lo que no se logra mediante dispositivos electrónicos, con los que solo traspasas la información automáticamente y sin esfuerzo mental.

 

2. Organiza tu tiempo para estudiar varias asignaturas a la vez

 

El tiempo vale oro y, por lo mismo, es crucial aprender a optimizarlo. Organizar tus estudios repasando más de una materia al mismo tiempo, te puede facilitar la comprensión de lo leído.

 

Alternar las asignaturas te mantiene activo y fresco para retener la información. Puede que en un principio sientas que no entendiste nada y que tus esfuerzos fueron en vano, si es así, no te preocupes; es solo una ilusión mental. Poco a poco te darás cuenta de lo efectivo que es este método.

 

3. Destina recreos entre un estudio y otro

 

Antiguamente se priorizaba el aprendizaje por memorización. Hoy, se sabe que esto no sirve. Pasar mucho tiempo repitiendo la misma información para olvidar todo al día siguiente de rendir un examen, simplemente, es contraproducente.

 

Es fundamental que dejes un par de horas libres en tus momentos de estudio para que lo aprendido repose en tu mente y evites saturarla. Después de todo, el cerebro es un músculo, y así como ocurre con el resto del cuerpo, necesitas ejercitarlo tanto como dejarlo descansar.

 

4. No leas mil veces lo mismo

 

El nivel de retención de un texto, por ejemplo, no es directamente proporcional a las horas que destines a leerlo. Al contrario, es más recomendable dedicar menos tiempo a la lectura y más al recuerdo de esta; contando la historia a tu manera, repitiendo con tus propias palabras los aspectos que más entiendas, etc.

 

5. Asume y enfrenta desafíos

 

Generalmente, optamos por el camino más rápido y sencillo para llegar a una meta. Para estudiar, por ejemplo, preferimos lo conocido o lo más fácil, dejando de lado el repasar temas que nos suelen costar más.  Este es otro gran error, ya que hacerles el quite a problemas nuevos, nos distancia de nuestros objetivos. Más temprano que tarde tendremos que llegar a ellos y, de seguro, en ese momento el desafío será aún más difícil.

 

Resolver problemas nuevos facilita el aprendizaje. Si ya te has dado cuenta que respondes con claridad ciertos temas, debes probar con otras preguntas que desafíen tu mente y le den paso a la reflexión del pensamiento crítico.

 

En este sentido, es muy importante crear grupos de estudio, pues al adquirir distintas miradas y perspectivas de un mismo hecho, se amplían los conocimientos. Además, fortalece el aprendizaje integral, al realizar preguntas mutuas con compañeros que permitirán retener y recordar de manera óptima, un tópico determinado.

 

 

 

 

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