Conversamos con Rodrigo Loyola, Director General de Tecnologías de la Información, quién nos entrega sus impresiones y visión estratégica de la nueva área de Tecnología y Educación Digital en UNAB.

¿Cómo visualizas estratégicamente esta nueva área en UNAB?

La visualizo como un avance dentro de la organización, en reconocer a la tecnología como un actor estratégico dentro del quehacer institucional al unir estas áreas, por un lado, está la educación digital y por otro lado está el soporte tecnológico que abastece a toda la universidad. Me parece muy bien que se unan, le da un sentido de importancia y estrategia a la organización, la tecnología hoy es distinta a lo que era hace veinte años atrás y hoy en la universidad más grande de Chile eso requiere un mayor esfuerzo tecnológico.   

¿De qué manera crees que este cambio aporta a los propósitos de digitalización que tiene la UNAB?

El gran aporte de esta alianza es que se unifica el propósito inicial que tiene la universidad relacionado a entregar los contenidos académicos a los estudiantes con todas las demandas y requerimientos que nos impuso la pandemia y el mundo en la actualidad, un universo totalmente conectado y portable donde las personas pueden trabajar desde cualquier lugar, educarse desde cualquier país, por tanto esta unión refuerza este nuevo mundo y nueva realidad de la que somos parte, esto además es parte de la mirada en 360 grados de la institución hacia los estudiantes y eso requiere que unidades como la nuestra se articulen y trabajen en conjunto.

Y con respecto a lo anterior, ¿crees que la UNAB está a la vanguardia en temas tecnológicos en el rubro local de la educación?

Sin duda la Universidad Andrés Bello es una de las universidades más modernas de este país. Nosotros nos preparamos para poder mantener la operación de las clases y en general de los servicios de la institución, aunque los campus no estuvieran operativos. Esto surge después del terremoto del 2010, ese año la universidad se quedó fuera de operación durante una semana porque el Datacenter que nos atendía se cayó, esa situación nos hizo aprender bastantes cosas. Primero que teníamos que asegurar la operación como fuera, aunque los campus no estuvieran en condiciones, fue así que nos comenzamos a preparar llevando varios servicios a modalidad remota y también empezando a ver con qué plataforma de LMS nos quedábamos, ahí comenzamos a trabajar fuertemente en eso. Con la llegada de la pandemia nos dimos cuenta de que ese camino había sido el indicado y gracias a eso pudimos seguir adelante. Hoy seguimos posicionando a la tecnología como un engranaje bien fuerte dentro del quehacer institucional tanto en el manejo de información como en el acceso de las nuevas tecnologías.

-Qué mensaje te gustaría entregarle al equipo de Tecnología y Educación Digital

El mensaje que siempre me ha gustado trasmitir, es que cada uno dentro de su quehacer diario contribuye al éxito no solo de la institución como tal, sino que a los sesenta mil estudiantes que tenemos, porque son sesenta mil estudiantes y familias que confiaron en nosotros para algo tan importante en la vida como es una carrera universitaria o un postgrado o segunda carrera.

Ser parte de alguna manera de la formación académica de alguien es algo para sentir orgullo. En esta industria no trabajamos un producto en sí, sino más bien entregamos educación, algo que las personas llevarán durante toda su vida. Esto es algo que conlleva mucha responsabilidad, pero a la vez en muy motivante para todos los que con su trabajo hacen posible esto.

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